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El sector cementero en España ha cerrado 2024 con un incremento del 2,9%, alcanzando un total de 14,88 millones de toneladas consumidas. A pesar de un inicio de año con cifras negativas, la recuperación en la segunda mitad del ejercicio ha permitido consolidar una tendencia al alza.

Evolución del consumo de cemento en España

El crecimiento registrado en 2024 se ha debido, en gran medida, a un repunte significativo en el último trimestre del año. En diciembre, el consumo experimentó un aumento del 10,4%, situándose en 1,16 millones de toneladas, lo que supone un incremento de 110.000 toneladas respecto al mismo mes del año anterior.

De acuerdo con los datos de la Estadística del Cemento, el consumo acumulado hasta octubre se mantenía en cifras negativas. Sin embargo, el sector logró revertir la situación con un crecimiento del 1,3% en ese mes, consolidando así una mejora progresiva hasta alcanzar el cierre anual con un saldo positivo.

Alan Svaiter, presidente de Oficemen, ha destacado que este crecimiento confirma la recuperación de la demanda tras un arranque complicado: "Tal como habíamos previsto, la segunda mitad del año ha permitido cerrar 2024 con cifras positivas".

Previsiones para 2025: un crecimiento del 5%

Las estimaciones para 2025 son optimistas, y se prevé que el consumo de cemento experimente un crecimiento en torno al 5%. Según los últimos datos disponibles sobre la tipología de obra en la que se emplea este material, un 46% se ha destinado a obra pública y el 54% restante a edificación, distribuyéndose en residencial (33%), no residencial (13%) y rehabilitación (8%).

Los datos de licitación oficial hasta noviembre muestran un incremento del 8,7% en la inversión en obra pública, alcanzando los 25.945 millones de euros. Se espera que esta tendencia continúe en 2025, con un crecimiento proyectado del 3% en el sector.

En cuanto a la edificación, los últimos datos del Ministerio de Transportes reflejan un aumento del 8,1% en la superficie visada para construcción hasta octubre, con 107.098 viviendas. Se estima que al cierre de 2024 se hayan superado las 125.000 unidades, el nivel más alto de los últimos 15 años. Para 2025, se prevé que esta cifra siga aumentando hasta alcanzar al menos 130.000 viviendas iniciadas. Además, se espera que las edificaciones no residenciales lleguen a los 6,1 millones de metros cuadrados visados.

"El sector cementero en España se mantendrá en torno a los 15 millones de toneladas consumidas por séptimo año consecutivo", afirmó Svaiter.

Déficit de vivienda y necesidad de nueva construcción

Existe un amplio consenso en que España enfrenta un desajuste entre oferta y demanda de vivienda, lo que ha provocado una escalada en los precios y ha dificultado el acceso al mercado inmobiliario, especialmente para los colectivos más vulnerables.

Según un estudio de Funcas, sería necesario construir 200.000 viviendas al año durante una década para estabilizar el mercado y corregir este desequilibrio. Este aumento en la construcción no solo ayudaría a reducir la presión sobre los precios, sino que también permitiría atender la creciente demanda de vivienda en el país.

Desde Oficemen, han reiterado su apoyo a cualquier iniciativa que facilite la ampliación de la oferta residencial, adaptándola a las necesidades reales de la población española.

Comercio exterior: descenso en exportaciones y aumento de importaciones

A pesar del crecimiento del consumo interno, las exportaciones de cemento han sufrido una caída del 8,3% en 2024, situándose en 4,82 millones de toneladas, frente a los 5,26 millones registrados el año anterior.

En contraste, las importaciones de cemento y clínker han aumentado un 37,6%, alcanzando los 1,37 millones de toneladas. Este incremento refleja la creciente dependencia del mercado español de materiales procedentes del exterior, lo que podría generar un impacto en la competitividad del sector.

Los retos del sector cementero: sostenibilidad y descarbonización

Uno de los principales desafíos que enfrenta la industria del cemento es su proceso de descarbonización, en línea con los compromisos de reducción de emisiones de CO2.

La hoja de ruta actualizada de Oficemen establece como objetivo reducir un 44% las emisiones de CO2 por tonelada de cemento para 2030, con una meta intermedia del 83% para 2040. Si las condiciones son favorables, el sector espera alcanzar emisiones netas negativas en 2050.

Para lograrlo, España necesita avanzar en una estrategia clara que incluya proyectos nacionales para el desarrollo de tecnologías de captura, almacenamiento y uso del CO2. Además, es fundamental disponer de líneas de financiación permanentes que impulsen los procesos de descarbonización industrial.

La compra pública verde como prioridad

La Ley de Contratos del Sector Público establece que al menos el 51% de los criterios de adjudicación de una obra deben ser objetivos. Hasta ahora, estos criterios se han basado principalmente en aspectos económicos, pero es necesario priorizar los criterios ambientales para fomentar el uso de materiales sostenibles y reducir el impacto ambiental de la construcción.

En este sentido, Oficemen ha insistido en la importancia de desarrollar el capítulo XII del Reglamento de Productos de Construcción y en particular el artículo 83 sobre Contratación Pública Ecológica. Este aspecto debería ser una prioridad tanto para la nueva Comisión Europea como para la Administración española.

En septiembre de 2024, 24 organizaciones de 11 sectores distintos firmaron la ‘Declaración de Granada’, en la que se subraya la necesidad de fomentar el uso de materiales sostenibles y de bajo impacto ambiental en licitaciones tanto públicas como privadas.

"Desde el sector cementero, estamos invirtiendo en I+D+i para desarrollar nuevos cementos con menor huella de carbono, pero esto no tendrá impacto si no se promueve su uso en los proyectos de construcción pública", concluyó Svaiter.